El PP cree que «hay que quitar el impuesto de matriculación y el IVA para impulsar el coche eléctrico»
El Partido Popular discrepa sobre los objetivos de movilidad que se ha propuesto el Gobierno y también la Comisión Europea, que quieren acabar con el automóvil de combustión en 2030, o 2035, respectivamente. En cualquier caso, «si de verdad queremos impulsar el automóvil eléctrico habría que suspender tanto el impuesto de matriculación como igualmente bajar el IVA a cero», aseguran los responsables de energía del PP.
“Lo primero que habría que decir es que, actualmente, la producción de coches eléctricos para alcanzar la meta que se ha propuesto España no se va a cumplir, diga lo que diga el Gobierno. No lo vamos a conseguir. En segundo lugar, y en lo que respecta a los puntos de recarga, los que se dedican a esta clase de suministro, que es esencial para la popularización del nuevo medio de transporte, es que hay una legislación tan complicada que es imposible de alcanzar los fines planteados, o que habría que hacer una reforma administrativa que el Ejecutivo no está contemplando», dicen las fuentes consultadas.
En tercer lugar, «lo que estamos buscando con el vehículo eléctrico, que es mejorar la calidad ambiental, es muy loable; pero resulta que cambiar coches que tienen 15 años -que son los que más se compran y venden ahora- por otros con tres años de antigüedad nos permitiría reducir hasta un 80% la contaminación. Es decir, un coche de hace 15 años contamina un 80% más que el de hoy. Con lo cual hay pasos intermedios a los que no debemos renunciar».
Y, por último, «si nuestra industria no es capaz de producir el coche eléctrico a los ritmos previstos, ayudemos a los automóviles de combustión como paso intermedio hasta que podamos conseguir realmente llegar a la meta. Lo que no tiene sentido es establecer unos objetivos inalcanzables por cuestiones estrictamente ideológicas. Además, el coche eléctrico tiene un problema de precio, que es muy elevado. Nosotros proponemos hacer como en algunos países del norte de Europa: si yo quiero impulsar a tope estos automóviles llevo el impuesto de matriculación a cero, y el IVA también a cero; de esta manera, ese coche será más barato, o tan caro como un automóvil convencional».
A juicio del PP, los problemas fundamentales que plantea el actual programa de transición es que «no protegemos nuestro sector y que, adicionalmente, no vamos a cumplir los requisitos. Es mentira que se vaya a cumplir el objetivo que el Gobierno plantea de eliminar el coche de combustión en 2030. Y en el camino no estamos protegiendo a los ciudadanos y clientes. Si además resulta que está en peligro la fábrica de baterías gigante para asegurar el aprovisionamiento del coche eléctrico, pues apaga y vámonos», explican gráficamente las citadas fuentes.
Ahora mismo, el coche que más se vende en España es uno de segunda mano con 12 años. «¿Por qué no intentamos rebajar esa edad de los coches y que la mayor venta en volumen sea de un automóvil de cuatro años? ¿Por qué no permitimos al que tiene un coche de 11 años que se pueda comprar un automóvil, aunque sea de segunda mano, de dos años o de tres, ya que las empresas no dan abasto para producir todo lo que está previsto en automóviles eléctricos y además no se están vendiendo en la cantidad deseada porque los precios son muy elevados y toda la logística de recarga todavía está subdesarrollada?», se preguntan en el PP.
Según los últimos datos de la patronal del automóvil Anfac, la penetración del coche eléctrico en nuestro país está muy por debajo de la media de la Unión Europea e incluso a larga distancia del vecino Portugal. La única explicación es la fiscalidad más favorable que han puesto en marcha gran parte de los países, sobre todo en aquellos en los que más avanza, así como el mayor desarrollo de los puntos de recarga, que en España aún es incipiente, siendo básica para aumentar la confianza y la tranquilidad de los consumidores, opina José López-Tafall, director general de la Asociación.
La industria también es muy reticente a los planes de transición ecológica. En una reciente comparecencia pública, Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol, aseguró que la decisión de prohibir los coches de combustión a partir de 2035 hace que «las empresas no inviertan en nada, ni en tecnología ni en eficiencia energética, con el resultado final de que los coches son cada vez más viejos».